viernes, 22 de octubre de 2010

HELÍ RAMÍREZ

Helí Ramírez Gómez es uno de los escritores más originales que ha dado Medellín. Es un caminante diurno y nocturno del Centro, lugar que sigue alimentando su poesía.

Helí había revelado en versos, la cara dura de sus sectores populares y su lenguaje descarnado.

Con su libro En la parte alta abajo, supieron cómo vivían o, más bien, sobrevivían en Castilla, qué hacían día y noche los pelados de gallada, trabajadores y malevos, y las cuchas y los cuchos que de porfiados levantaban familias en medio de la pobreza endilgada por el desplazamiento.

Helí 35 años después de publicar su primer libro: amante extremo del bajo perfil y más observador que interlocutor.

Nació en ese 48 sinzónimo de violencia y a ella está ligado uno de sus más viejos y nítidos recuerdos del Ebéjico natal.

A los libros se acercó gracias a que “en uno de mis vagabundeos por la ciudad conocí la biblioteca de la Universidad de Antioquia, en San Ignacio. Entré y me pareció muy vacano tanto libro y cada vez que tenía un momento libre o me volaba de clase, me iba a leer”. Así, a los 12 años, llegaron a su vida Julio Flórez, Silva y Gutiérrez González. De la misma manera, vagabundeando, descubrió la Piloto. “Saqué carné y me llevaba libros para la casa. Allí conocí autores como César Vallejo, García Lorca y me fui universalizando más en la lectura”.
Helí empezó a escribir al iniciar bachillerato “y en tercero ya tenía definido mi horizonte intelectual”.

Conoció a Carlos Castro Saavedra y gracias a este no sólo la U. de A. publicó su primer libro de poemas sino que consiguió trabajo en el ISS, empleo que le permitió continuar leyendo, escribiendo, jubilarse 28 años después y gozar de la vida estable que su cuna no le auguraba.  

Libros: La ausencia del descanso, En la parte alta abajo (1991), Golosina de sal, La noche de su desvelo.

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